La dirigencia del fútbol argentino volvió a escribir una página de improvisación. En un movimiento sorpresivo, sin anuncios previos ni fundamentos sólidos, la Liga Profesional proclamó a Rosario Central como “Campeón de la Liga”, un título que reconoce al equipo que más puntos sumó en el año. El reconocimiento, que tomó forma en una reunión a puertas cerradas, reavivó cuestionamientos históricos: decisiones que cambian en pleno camino, reglamentos que se acomodan según la coyuntura y un escenario donde las definiciones parecen más una reacción que un plan.
El presidente del club, Gonzalo Belloso, celebró la consagración con un trofeo en la mano, acompañado por el arquero Jorge Broun, el entrenador Ariel Holan y una presencia que no pasó inadvertida: Ángel Di María. La estrella de Qatar 2022, que regresó al fútbol argentino para cerrar su carrera en Arroyito, formó parte de la comitiva y volvió a colocar al club del que es símbolo en el centro de todas las miradas.
Una coronación que marca el final de otro experimento
La aparición de esta nueva figura de “Campeón de la Liga” deja un efecto inmediato: la confirmación del ocaso de la Supercopa Internacional, un torneo creado en 2022 con aspiraciones comerciales y sede rotativa fuera del país. Aquella copa—que debutó en Abu Dabi con Racing venciendo a Boca—se fue desinflando con rapidez. Las siguientes ediciones pasaron por Paraguay y finalmente por Avellaneda, una mudanza simbólica que dejó en evidencia la pérdida de interés y de sentido.
El formato, que enfrentaba al puntero de la tabla anual con el ganador del Trofeo de Campeones, quedaria desactivado. Y ahí surge la controversia: ¿era necesario otorgar retroactivamente un título que nunca había sido contemplado? ¿Por qué aplicarlo justo ahora? Las preguntas se multiplicaron en redes y en el ambiente dirigencial, sobre todo por el impacto directo en la temporada 2025: Central se convirtió, sin jugar una final, en el primer beneficiario de este cambio.
Di María, Belloso y las suspicacias
La figura de Ángel Di María atraviesa también esta historia. Su retorno al país reconectó a Rosario Central con un protagonismo internacional que la liga busca capitalizar, pero a la vez lo ubicó en el centro de interpretaciones políticas y arbitrales. No faltaron voces que vincularon esta nueva estrella con una supuesta serie de fallos favorables durante el Clausura: cinco penales en 16 fechas y varias decisiones que generaron sospechas entre rivales.
El antecedente de la MLS y la mano de la FIFA
La Liga Profesional tomó como referencia un modelo que se utiliza en la MLS: el Supporter’s Shield, el premio para el equipo que lidera la fase regular. Esa distinción fue crucial para Inter Miami en 2024, cuando la FIFA lo eligió para integrar el Mundial de Clubes, decisión que muchos interpretaron como una maniobra para asegurar la presencia de Lionel Messi en el torneo.
El paralelismo con Central no pasó inadvertido. Tampoco el hecho de que Di María, como Messi en Miami, agrega peso simbólico a cada decisión que toca a su club.